Valentia Fosca nace!


Al lector:

No es menester querer promover una actividad tan poco lucrativa y didactica como la escritura. Lo hacemos como última voluntad. Antes de que todos acabemos carbonizados por la mugre que habita en la capital del Turia. Como huímos de ella en pos de un bienestar fetén, no vemos mejor elección que antrincherarnos en la red y ser profanos en nuestra tierra. A través de nuestros personajes crearemos un submundo oculto. Carecemos de mala voluntad; pero no somos testigos mudos, más bien somos declarantes que denuncian su malestar. Somos un poco hijos de puta.



miércoles, 30 de diciembre de 2009

Lalas Civa Santa. EL REGALO DE NAVIDAD.

Se lo he comprado.
Lo que oyes.
No podía aguantar más.

Sí, he ido sola.

Por la Calle Turia hay varias, sí al lado del videoclub V.O.

Que va, el dependiente era muy simpático. Y Guapo.

Los habían de diferentes tamaños y me ha estado aconsejando.

Como podrás imaginar me he puesto a cien. Joder.

Le he preguntado que si podía probarlos y me ha dicho: mujer, es poco higiénico.
Entonces se le ha ocurrido algo.

¿Que va a ser, sino?

Pues, claro, me ha hecho pasar al almacen, y joder, te puedo asegurar que su polla era de la talla más grande.

Me ha dicho: si esto te cabe te tendrás que llevar la XXL.

Pues, bien, muy bien.

No, que va, no me ha hecho daño. Ya sabes, desde que voy a pilates, he conseguido dominar a voluntad las paredes de mi útero y se acopla perfectamente al tamaño que se me pone por delante.

Mujer, pues es una ventaja, porque te da igual que las pollas sean grandes o pequeñas. Como ya sabes que tu útero se va a acoplar, disfrutas con todo y lo haces como más relajada. Que es de lo que se trata, ¿no?

Pues mujer porque una cosa es acoplarse a la sorpresa que siempre hay detrás de un paquete y otra cosa es poder elegir.

Imagínate que pudiésemos verle el paquete al tío antes de llevárnoslo a casa para follárnoslos.

Exacto, no necesitaríamos tantas clases de pilates.

Pero, como eso no es posible, pues, ya sabes. Cada noche que te llevas a alguien a casa es como jugar a la ruleta de la fortuna.

Claro, claro que está el chismorreo entre amigas. Por supuesto, para eso están las amigas. Si son buenas siempre podrás disponer de una información privilegiada.

Claro, como yo.

Por supuesto que eres mi mejor amiga.
¿Cómo que cómo ha sido? Pues lo que te he dicho, hemos ido al almacén y como llevaba pantalones, me los he bajado todo lo que he podido. He sacado el culo para afuera, arqueando al máximo la espalda. Me he agarrado de un armario o de unas tuberías que habían por allí y me he dejado hacer.

Mujer, ya me conoces, a mí ha sido metérmela por detrás y correrme.

He estado esperando un rato, para ver si él se corría también, pero, supongo que por estar en el trabajo le costaba llegar.

Menos mal que al final ha aparecido un cliente y ha tenido que parar. No te quiero contar cómo ha salido a atender, parecía una olla a presión.

Me ha dicho, espera que vuelvo, pero yo tenía bastante, me he vestido y he salido.

He cogido el consolador, tamaño XXL, se lo he pagado, le he dejado algo de propina y me he ido antes de pudiese decir ni mu.

¿Cómo que no es un regalo de navidad?
Es el mejor regalo de Navidad. El mejor.

Ojalá se le hubiese ocurrido a Elmir, pero, después del chasco del año pasado, no me arriesgo.

Sí, vale, no es mi pareja, pero, joder, follamos juntos, bastantes veces al año, ¿no? Y conoce bien mis gustos sexuales. Y además va a ser mi acompañante en la fiesta de fin de año del Ateneo, ¿no? Pues por eso es un regalo perfecto. Lo va a entender a la perfección. En cuanto lo vea le van a entrar ganas de utilizarlo y se va a poner cachondo, que es cuando más me gusta Elmir. Ya sabes que si se pone hablar, se me pone un dolor de cabeza insoportable. Él cuando es bueno de verdad es follando. Por eso he pensado en este complemento. Para que no se distraiga.

No, el camarero resultó ser un obseso de las vaginas. Le encantaba comérmela, y es verdad que el primer día dije: Bingo. Pero, después de una semana teniéndolo amorrado al coño cuando follábamos ya no sabía si las gotas que me bajaban por los muslos cuando iba a mear eran de sudor o de saliva. En fin que le di puerta.

Claro que hay hombres obsesionados con chupar coños. Más de los que crees.

¿Qué me dices, nunca te ha tocado uno? Eso lo vamos a solucionar este fin de año. Como que me llamo Lalas que lo solucionamos. Pero, luego no te eches para atrás, si te presento a Lolo, has de saber que te va a dejar los labios inferiores brillantes, como no lo has tenido nunca.

Por cierto, también te he comprado uno a ti.
Talla mini, no te preocupes.

Un beso.
Nos vemos esta noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario