Valentia Fosca nace!


Al lector:

No es menester querer promover una actividad tan poco lucrativa y didactica como la escritura. Lo hacemos como última voluntad. Antes de que todos acabemos carbonizados por la mugre que habita en la capital del Turia. Como huímos de ella en pos de un bienestar fetén, no vemos mejor elección que antrincherarnos en la red y ser profanos en nuestra tierra. A través de nuestros personajes crearemos un submundo oculto. Carecemos de mala voluntad; pero no somos testigos mudos, más bien somos declarantes que denuncian su malestar. Somos un poco hijos de puta.



miércoles, 30 de diciembre de 2009

Ivan Blanco. LA MUJER SILENCIOSA..Parte I

Hace un par de semanas apareció una mujer en mi casa. Apareció de la nada más silenciosa desde algún lugar de mi hogar, con una maleta y varias bolsas. Se instaló en la habitación contigua sin mediar palabra. Me ordenó todo lo que había allí y creó espacio donde no lo había. No se como lo hizo, pero aprovechó los metros cuadrados de una forma espectacular. Es muy ordenada. Consiguió amontonar los montones de montones, en apenas unos pocos metros cuadrados. Le dio un aire clásico a la habitación convirtiendo aquella mesa que se moría del asco, en una simpática señorita de madera que soportaba libros ordenados según tamaño. Yo le sugerí que lo hiciera por autores. Pero no me hizo caso. Bueno , ni siquiera me habla. Siendo franco, llevo conviviendo un mes con ella y todavía no hemos tenido una conversación.

La primera vez que la vi, se encontraba en el pasillo. No dijo nada. Cogió con sumo cuidado sus pertenencias y empezó a fabricar su espacio. De hecho, tenemos nuestras propias áreas de la casa “debidamente asignadas” aunque las sobrepasamos con frecuencia, ya que ella para tender, necesita obligatoriamente pasar por mi área del comedor. No importa, al contrario, me gusta. La verdad es que ella me gusta. No se lo he dicho, pero confío en que no hace falta. No le he pedido ninguna explicación desde que llegó y creó su espacio. Entiendo que sabe que no me molesta. Y si a mi no me ha dicho nada ( si... porque no habla, pero la realidad es que ella no ha negado nada ), entiendo el silencio como una aceptación firme. Por lo tanto la aceptación es mutua. Es mutua y silenciosa.

Las tres primeras semanas me las pasé intentando tener una conversación con ella. Y nada. Simplemente le preguntaba por su nombre o del por qué de su visita, o por cómo había aparecido allí. A veces me pregunto si realmente entró por la puerta o se creó como un espacio sideral en medio del pasillo. Una especie de explosión molecular de partículas humanas ( que deben de habitar en mi hogar, una mezcla de espermatozoides mios deprimidos y hormonas solteronas que olvidaron su espíritu de mujeres honestas y se lo dejaron allí ) que eclosionando conjuntamente a una velocidad invisible, fuera capaz de formar un ángel con una canon de belleza a mi parecer perfecto. Una belleza perfecta para mi . Tal y como a mi me gusta la belleza en las mujeres. Y respeto su silencio, no me importa. Respeto su silencio porque me gusta su compañía. Ella es muy respetuosa. A veces la veo mirar tras la ventana, donde inmigrantes y genios del ruido de la calle practican su habitual forma de vida: transitar las calles de Orriols. Observa con misterio, como si estuviera viendo un espectáculo asombroso. No sonríe, nunca la he visto reír, pero cuando mira a través de la ventana, su cara genera una mueca muy particular que se asemeja a un presuntuoso gesto de felicidad que a su vez, provoca una ligera sonrisa diminuta , sobre todo en su labio inferior. Concretamente, su labio inferior se desplaza con mucha lentitud hacia la derecha ( suya ) , mientras que el otro extremo parpadea y con una lentitud meticulosa, se desliza hacia la izquierda, entonces las mejillas estiran esa boca de labios tenues hacia atrás y sólo en esos momentos aparece esa mueca. Y la casa como si de una frágil bombilla a la que le cuesta encenderse se tratase, se ilumina en esos instantes.

Come muy poco, a veces le dejo leche y algún dulce en su mesilla de noche. Sólo entro a su cuarto con esa premisa. No sé lo que guarda en los cajones, porque ropa tiene poca. Yo sé que se bebe la leche, y también que se come los dulces. Nunca lo hace delante mio, siempre cuando no estoy o cuando ella está sola en su habitación. No tiene fotos en su habitación. Es como si no tuviera pasado. La verdad que no tiene tampoco presente y de su futuro, por lo que a mi respecta, preferiría no intervenir. Sería muy osado por mi parte atreverme a viajar en tal aventura. Me tiene a mi. Y a veces creo que es demasiado. Y sobretodo lo que tiene es misterio. Y eso a mi me atrae, me permite caer en unos submundos de lo más agradables que son totalmente desconocidos para una alma solitaria como la mía. Siento compañía. Incluso le hablo sin cesar y le cuento mis problemas y mis alegrías, mis necesidades y mis satisfacciones, le hablo de mi y de mi entorno, de mis miedos y mis secretos. Lo sabe todo de mi. Incluso le cuento aquellas cosas que jamás contamos a nadie, ni siquiera a nuestras personas de mayor confianza. Pues yo todo eso, lo revelo. Atestiguo contra mi mismo sin sentirme culpable y me castigo junto a ella cuando así creo que debo hacerlo. Vomito mi alma en cada uno de esos momentos. Berreo con total libertad. Y eso me hace sentirme bien . Ella en cambio, ni gesticula. A veces ni siquiera me mira cuando estoy en pleno apogeo dramático. Otras veces me mira con la mirada perdida, y parece hacer ademán de querer decirme algo. Y nada.

Continuará..

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